Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia como ahora.Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas, descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás. Y a pesar de ello...¡Quererme mucho! Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui...
sonrío a la que ahora soy.Me alegro del camino andado, asumo mis contradicciones.
Siento que debo saludar a la joven que fui con cariño, pero dejarla a un lado porque ahora me estorba.
Su mundo de ilusiones y fantasía, ya no me interesa:
¡Qué bien vivir sin la obsesión de la perfección!
¡¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños.La vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya hay que morirse,por eso VIVE el hoy plenamente,sin pensar en el mañana!!
UNA MUJER SABIA ACEPTA ESO Y MUCHO MÁS...
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